La idea de viajar por el norte de Francia surgió de un antiguo deseo de conocer Mont Saint Michel y los Jardines de Monet. Por lo tanto, ya que estaríamos por ahí, ¿por qué no hacer un viaje en coche por Normandía? Así que, decidido, comenzamos a planear el viaje, que sería en coche, partiendo de Rouen, capital de Normandía. Compramos el libro de Lonely Planet como referencia y montamos nuestro propio itinerario: un viaje en coche por Normandía, Francia, ¡7 ciudades en 17 días!

Alquilamos apartamentos en todas las ciudades a través de Airbnb, Booking y Bed & Breakfast, y lo reservamos todo con anticipación porque, en definitiva, era agosto, mes de vacaciones en Europa. Volamos directamente desde Barcelona al Aeropuerto de París-Beauvais y, posteriormente, tomamos el tren hacia Rouen el mismo día.

Primera Ciudad: Rouen

Al llegar al apartamento que alquilamos en Rouen, me llamó la atención una construcción en la cuadra siguiente. No sabía si era un museo o una iglesia con una arquitectura moderna. Sin embargo, pronto descubrí que era el lugar donde Juana de Arco fue quemada, y esa construcción era una iglesia erigida en su honor.

Por supuesto, visité la iglesia y también el Museo Juana de Arco. Un museo con instalaciones y videos que explican su historia, su participación (vestida como hombre) en combates contra Inglaterra, y el juicio que la condenó a muerte con solo 19 años. En resumen, na historia estremecedora, y debo admitir que no conocía ni la mitad de la mitad.

La Catedral de Rouen también merece una visita. De hecho, es hermosa por dentro y por fuera, inspiración de tantos pintores, y hoy el centro principal de la ciudad. Pasamos tres días en esta bella ciudad, y al final del tercer día alquilamos un coche y nos dirigimos a Vernon.

Segunda Ciudad: Vernon y Jardines de Monet

Vernon entró en el itinerario porque era la opción más cercana y económica a los Jardines de Monet. No obstante, la ciudad me sorprendió. Con el estilo arquitectónico medieval normando que nos acompañaría por las demás ciudades, el río Sena atravesando la ciudad y otros puntos turísticos como el Viejo Molino, ¡fue una grata sorpresa!

El trayecto hasta la Maison et Jardins de Monet fue rápido y fácil, sin embargo, al llegar me impresionó la cantidad de turistas haciendo cola. Afortunadamente, habíamos comprado las entradas con antelación por internet. Una vez dentro, la aglomeración hacía prácticamente imposible tomar una foto sin gente; solo se podía captar un close-up de las flores.

Visitar la casa fue más fácil porque organizaron una cola, la gente caminaba más rápido y no había aglomeraciones. Por lo tanto, recomiendo mucho la visita, es hermoso, sin embargo, mejor no ir en agosto y compra las entradas con antelación.

Tercera Ciudad: Mont Saint Michel

De Vernon a Mont Saint Michel fue el viaje más largo del itinerario: 300 km. Alquilamos un B&B, Maison Jouvenelle, en Pontorson, un pueblito cercano a Mont Saint Michel. Sin duda, una decisión muy acertada porque en Mont Saint Michel es prácticamente imposible encontrar alojamiento. Este B&B fue la mejor relación calidad-precio que tuvimos durante el viaje. ¡Lo recomiendo!

Mont Sant Michel

Si tienes solo un día, te sugiero que vayas a Mont Saint Michel al final de la tarde, cuando hay menos turistas. Compra la entrada para visitar la abadía con antelación y va con mucha disposición porque hay muchas escaleras. Si no tienes tiempo para visitar la Abadía Mont Saint Michel (lo cual sería una pena), solo caminar por las calles que rodean la península ya vale la pena. De hecho, es uno de los lugares más hermosos que he conocido en mi vida. 

Cuarta Ciudad: Saint-Malo

Saint-Malo fue nuestra única parada en la región de Bretaña. Nos quedamos solo un día, pero fue suficiente para enamorarme de la ciudad. En efecto, fundada en la Edad Media, Saint-Malo fue un importante puerto y refugio para corsarios, jugando un papel clave en la defensa de la región.

Caminamos por la Playa de Sillon, con sus elegantes mansiones de estilo Belle Époque, hasta llegar a la ciudad amurallada, conocida como “Intra-Muros”. Sin lugar a dudas, fue una experiencia increíble caminar por la amplia muralla que rodea la ciudad antigua, viendo el mar por un lado y la vida vibrante dentro de la muralla por el otro. Es una ciudad de peatones, llena de tiendas, restaurantes, hoteles, iglesias imponentes y museos. El más importante de ellos es el Musée d’Histoire de la Ville et du Pays Malouin. ¡Ojalá hubiera tenido más tiempo para explorar!

Quinta Ciudad: Bayeux y las playas del «Día D»

Elegí Bayeux por dos motivos: la famosa tapicería de Bayeux (Patrimonio de la UNESCO) y también porque sería nuestra base para conocer las playas del Desembarco de la Segunda Guerra Mundial.

El primer día fuimos a ver la Tapicería y es realmente impresionante. La historia de la conquista de Inglaterra por Guillermo “El Conquistador”, Duque de Normandía, en 1066, está narrada en un bordado de 70 metros. Por tanto, una guerra bordada por muchas manos para enseñar la historia a quienes no sabían leer. ¡Increíble!

Luego, en el segundo día, fuimos a dos de las playas del Desembarco. De hecho, fueron cinco las playas del «Día D». Cuando llegamos a la Playa de Arromanches-les-Bains, sentí un clima festivo y triste a la vez. Festivo, porque este año Normandía celebra 80 años de la victoria de los aliados y las calles estaban adornadas con las banderas de los países y pancartas con fotos de los soldados que participaron en esa conquista. Por otro lado, triste por los restos del Puerto Mulberry en el mar: una visión impactante. Además, se puede visitar el Museo del Desembarco, justo en la avenida costera. 

Finalmente, fuimos a la Playa Omaha, donde están los búnkeres alemanes, que solo fueron usados una vez, durante el Desembarco. Fue una visita interesante, pero a diferencia de Arromanches, este lugar era sombrío, sin signos de vida más allá de los turistas, que permanecían en silencio.

Sexta Ciudad: Caen

Caen fue una parada estratégica para descansar un poco y conocer el Memorial de Caen, el más grande e importante sobre la Segunda Guerra Mundial en Francia. Cabe mencionar que esta ciudad, una de las más bombardeadas durante la guerra, aún conserva gran parte de su centro histórico. Además, aquí están las ruinas del castillo de Guillermo, Duque de Normandía, y dos monasterios muy bien preservados: la Abadía de las Mujeres y la Abadía de los Hombres.

Visitamos ambas, pero pasamos más tiempo en el Monasterio de los Hombres, que incluye el Ayuntamiento de Caen y tenía dos exposiciones: una permanente sobre los bombardeos en la ciudad; y otra itinerante sobre Josephine Baker. Cantante y bailarina norteamericana, naturalizada francesa, Josephine es conocida como la primera gran estrella negra de las artes escénicas. Figura eminente de la resistencia francesa antinazi y de la lucha antirracista. En resumen, me impresionó la historia de esta mujer. ¿Cómo no la conocía antes?

En nuestro tercer día, visitamos el Memorial. Es una experiencia intensa, tanto física como emocionalmente. Son 14.000 m2 que que narran la historia desde el final de la Primera Guerra, pasando por las diferentes etapas de la Segunda, los bombardeos, la deportación, la resistencia hasta la liberación, con archivos, documentales y testimonios conmovedores. Salí del museo reflexionando sobre el hecho de que, tristemente, seguimos en guerra. Otras guerras…

Séptima Ciudad: Honfleur

Después de tanta información, necesitábamos relajarnos, y eso fue lo que encontramos en Honfleur, una encantadora ciudad portuaria del siglo XI. Famosa por su antiguo puerto (Vieux Bassin) y sus coloridas casas, fue un centro comercial y marítimo importante durante la Edad Media. De hecho, atraía a artistas como Claude Monet y Eugène Boudin, quien nació aquí y cuyo museo, Museo Eugène Boudin, es una de las principales atracciones.

Me impresionó la Iglesia de Sainte-Catherine que, además de ser la iglesia de madera más grande de Francia, tiene el techo en forma de casco de barco invertido. Además, vale la pena una caminata hasta la Iglesia de Notre-Dame de Grâce para disfrutar de una hermosa vista panorámica de Honfleur.

En el último día decidimos hacer una excursión a Étretat, con sus impresionantes acantilados blancos, también una inspiración para los pintores impresionistas, y los Jardines de Étretat, inaugurados en 2004. Este es un espacio donde la topiaria (el arte de podar plantas en formas ornamentales), la arquitectura y el arte contemporáneo dialogan con una vista privilegiada de los acantilados. Además, el proyecto en sí me recordó un poco a Inhotim en Brasil.

Cabe destacar que ganó el Premio Europeo de Jardines en la categoría “Mejor Desarrollo de un Parque o Jardín Histórico”, además, tiene dos estrellas Michelin en la Guía Verde. Asimismo, está en la lista de los “Grandes Jardines del Mundo” y tiene el sello de “Jardín Notable”. De hecho, en diciembre de 2022, se creó un programa de residencia de artistas para enriquecer el patrimonio artístico de Normandía. Sin duda, vale la pena conocerlo, pero, al igual que los Jardines de Monet, recomiendo no ir en agosto. 

Voilà!

Para concluir, no puedo dejar de mencionar la comida. Las galettes, un tipo de crepe que puede ser dulce o salada, fueron un gran descubrimiento: saludable, sabrosa y a un precio razonable. Es aún mejor si está acompañada de sidra de la región. Y, por supuesto, los mejillones con patatas fritas y los “fruits de mer”: ostras, vieiras y otros mariscos deliciosos que te hacen sentir como si te estuvieras sumergiéndote en el mar. Finalmente, terminamos nuestro viaje en coche por Normandía, Francia, ¡7 ciudades en 17 días! ¡Merci beaucoup, Normandie!

En este post todas las fotos son mías, excepto las fotos 1, 13, 14, 21, 22, 29, que fueron sacadas por mi compañero de viaje y de vida, Keith Duffy

Si te gusta Francia y te gustó este post, te invito a leer el texto sobre nuestro viaje a Lyon, Francia.